Estudiantes incorporaron tecnología a la huerta escolar7 de octubre de 2025Un proyecto educativo ideó dos dispositivos tecnológicos que, con programación, aplican medición de humedad en el suelo y protección climática. Estudiantes de séptimo grado de la escuela primaria N° 346 de Rincón de los Sauces están llevando adelante el proyecto “Sembrando raíces inteligentes”, que aplica conocimientos y herramientas de programación a la huerta institucional.La innovadora experiencia fue seleccionada para representar a la provincia en la Feria Nacional de Ciencias, Artes, Matemáticas y Tecnología; y también participará en la instancia final de la exposición EducaTIC tras superar la etapa zonal Vaca Muerta.La docente a cargo de la propuesta, Lorena Martínez, detalló que el proyecto comenzó a implementarse el año pasado con una mirada transversal, que va desde el acondicionamiento de la tierra hasta la programación de los dos asistentes robóticos. “Lo que se retomó en este ciclo lectivo fue la parte tecnológica, para ver cómo hacer la huerta automatizada con el uso de sensores que serán cruciales en el verano, cuando no estamos en la escuela”, explicó.Además de la puesta en marcha de los cultivos propios para la escuela, el grupo de estudiantes también ideó una solución tecnológica que mide los niveles de humedad en el suelo y otra que despliega una protección para las plantas según sea necesario.Dos de los estudiantes expositores, Santiago Márquez y Bautista Martínez, relataron que “el robot se llama Booty; nosotros lo programamos para que vaya hacia atrás y hacia adelante con un bracito asociado a una media sombra para que durante el día se abra y durante la noche se cierre”. En complementación se construyó “un sensor que cuando está en el suelo capta la humedad, y eso nos avisa si es necesario regar”.En ambos dispositivos “usamos plaquitas que se llaman Makey Makey y las programamos con Scratch, utilizamos diferentes tipos de bloques de 150 unidades en cada plaquita”. De esta manera se delimitan las funciones de aviso ante falta de humedad y apertura o cierre, según sea día o noche.Por otro lado, la educadora se refirió a la modalidad de trabajo con las y los estudiantes a lo largo del año, y señaló que “los días jueves salimos a la huerta, pero primero se fueron dividiendo en grupos para ir trabajando de acuerdo a la conveniencia y los intereses de cada uno; después de un tiempo ya rotamos las tareas para que todos puedan experimentar cada parte por igual”.Santiago y Bautista repasaron la primera etapa de la propuesta: “En una clase fuimos a medir el perímetro y el área de nuestra huerta” y recorrieron también el espacio donde se ubicaban los sembrados en años anteriores para reconocer las variedades vegetales que habían funcionado. Luego recordaron que “tuvimos una salida al vivero municipal donde vimos diferentes tipos de plantas, cómo se riegan y cómo se siembran”.En forma paralela, en la etapa de investigación experimentaron sobre las tareas de programación con los kits de Educabot -de los que dispone la escuela- y delimitaron funciones para que cumplan los dos robots.La experiencia de la huerta propiamente dicha todavía está en ejecución. Los estudiantes expusieron fotos donde se muestra cómo un numeroso grupo sostiene con orgullo bandejas de germinación con tierra e indicadores sobre las semillas que se plantaron. “En una de las clases pudimos sembrar diferentes tipos de semillas como morrón verde, morrón rojo, zanahoria y tomate que con el paso de los días comenzaron a brotar”, detallaron.