Escuelas públicas y privadas pueden visitar la huerta demostrativa del CPE


22 de agosto de 2017

Se trata de una huerta escolar demostrativa y agroecológica, que funciona en un predio ubicado en Anaya 235 de la ciudad de Neuquén. Además de recorrerla, los estudiantes pueden hacer prácticas.

Desde hace años el Consejo Provincial de Educación (CPE) tiene en funcionamiento una huerta demostrativa para que los estudiantes de las escuelas públicas y privadas de la provincia puedan visitarla y aprender sobre distintos aspectos de la temática. Está ubicada en Anaya 235 de la ciudad de Neuquén.

Miguel Valdez, del área de Huertas Escolares de la dirección provincial de Nutrición del CPE, explicó que se trata de una huerta escolar demostrativa y agroecológica. “Es una huerta escolar porque está pensada para que transiten muchos chicos y que puedan ver ideas que los ayuden a aprender varias materias, como matemáticas, lengua, física, química. Todo eso se puede aprender en la huerta; nosotros decimos que es un laboratorio vivo”, señaló.

Indicó que la huerta “es demostrativa porque necesitamos que otros la conozcan para copiar ideas y que vengan a contarnos lo que hacen en sus huertas para poder aplicarlo acá. Y es una huerta agroecológica porque no se utilizan químicos, se trata de utilizar la menor cantidad de insumos externos”.

Valdez detalló que en la huerta “conviven un montón de especies, no están separadas para hacer una pequeña demostración de monocultivo, sino que están asociadas las plantas para poder ayudarse a combatir las plagas, a aprovechar el espacio. Por ejemplo, una planta de raíz puede estar cerca de una que produce hojas, porque ocupan lugares y nutrientes de la tierra diferentes. También se utilizan plantas que repelen plagas y flores que atraen insectos benéficos que además de polinizar van a combatir otros bichos que son plagas”.

El referente informó que “todas las escuelas de Neuquén pueden pedirnos para visitar la huerta y hacer alguna experiencia. Hay escuelas que nos visitan para conocer lo que es una huerta y otras para aprender un tema específico de la huerta: cómo trabajar el suelo, cómo viven las lombrices, cómo se hace un invernadero, cómo trasplantar determinadas plantas”. Dijo que incluso hay estudiantes que van para hacer prácticas y comentó que, por ejemplo, dos veces por semana van estudiantes de tercer y cuarto año de un secundario por la materia de biología.

La huerta funciona en el mismo horario que las escuelas, hay un encargado que está todas las mañanas y cuando una escuela es del turno tarde se combina para la guía.

Sobre los objetivos de la iniciativa, Valdez manifestó que “es el ejemplo para que todas las escuelas que tienen huerta se transformen en huerta demostrativa. Todos tienen que ayudarnos, traer y llevar ideas. La huerta de la escuela es abierta a la comunidad porque los saberes no los tiene solamente el maestro, están también en los abuelos, en cómo cultivaban, qué alimentos hacían tradicionalmente con las semillas que hay o de una planta que antes le decían maleza y de pronto sirve para curar. Todos esos conocimientos no están solo en la escuela, hay que buscarlos en los abuelos, los vecinos, en los técnicos del área”.

Un trabajo interinstitucional

Valdez comentó que el área de Huertas Escolares del CPE acompaña a más de 100 maestros de técnicas agroecológicas que hay en la provincia, y que se hace un trabajo interinstitucional con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), por medio del programa Pro Huerta.

Explicó que el programa Pro Huerta provee las colecciones de semillas para hacer las experiencias escolares. Se trata de dos colecciones al año: una para la siembra de otoño-invierno y otra para primavera-verano. Son destinadas a todas las escuelas que tienen huerta, maestro de huerta o la experiencia de hacer una huerta como un recurso pedagógico.

Las colecciones de semillas se distribuyen todos los años en una cantidad que sirve para una huerta escolar. Valdez indicó que “la huerta escolar no está preparada ni tiene como objetivo principal abastecer de alimentos a la escuela. Tiene como objetivo ser una herramienta pedagógica, no sólo de aprender a cultivar, sino que los docentes de todas las otras disciplinas pueden utilizarla como un laboratorio vivo”.